El pasado año BCore se lanzó una vez más al foso de la cordura con una campaña sin precedentes. Abrir todo su catálogo online y ofrecerlo abiertamente a cambio de la voluntad. Una experiencia que tuvo un gran éxito mediático y de consumo, pero que se tradujo en muy pocas aportaciones. Asimismo, y siguiendo enarbolando la bandera del #pagaloquequieras, BCore ha vuelto ha lanzar esta campaña durante este verano. Surfeas por todos los discos del sello, decides cuales te gustan, te los descargas legalmente, y a cambio colaboras si te apetece y lo consideras justo. Así de fácil.

Y una vez llegado el final del #pagaloquequieras toca otra vez hacer valoración. Sensaciones encontradas. La duda sobre la bondad de la iniciativa flotando en el ambiente, aunque siempre creyendo en ella y en la posibilidad siempre de hacer las cosas de una forma diferente. Pero, en primer lugar, que sean los números los que hablen. Ellos tienen la virtud de poseer verdades bastante arrebatadoras. Vean.

A simple vista vemos rápidamente que se han hecho prácticamente las mismas descargas. Asimismo se han doblado el número de aportaciones efectuadas, con lo que se ha conseguido un 60% más de recaudación. Es decir, que a groso modo han efectuado descargas el mismo número de personas, pero el doble han decidido efectuar una aportación y no llevarse un disco sin pagar nada. Además las aportaciones han sido un pelo más generosas, en la media, respecto al ejercicio anterior. ¿Y qué conclusiones podemos sacar al respecto?

Pues nos gustaría pensar que el hecho de repetir nuestro ejercicio está ayudando a entender el concepto. Quizás hemos logrado aportar algo de pedagogía en todo el asunto. Los discos cuestan dinero. El que lo pare y el que lo vende tienen la colosal intención de ganarse la vida con su trabajo. Y para hacerlo ponen un precio a éste. Mucha gente lo entiende y quiere formar parte de este intercambio. No sin saber que las reglas del juego han cambiado y que internet lo ha revolucionado todo. Hemos de ser conscientes de las nuevas formas de consumo y que el pasado es un lastre demasiado pesado. Por eso brindar y seguir apostando por iniciativas como ésta. Poner las cosas fáciles y hacer una llamada al raciocinio para procurar por la pervivencia de esta escena musical patria que tanto nos gusta ponernos en la boca. Y desde BCore lo hacemos con la más grande de las transparencias. Esto es lo que hay y así os lo contamos. El ejercicio pedagógico sigue valiendo la pena y es de agradecer ver como son muchos los entusiastas que se suman al carro de una forma bien entendida. Veremos dónde nos lleva el futuro, pero de momento el camino pensamos que siempre vale la pena.

Òscar Villalibre