Los conocíamos hace tiempo por su filiación al sonido post-hardcore, siendo el máximo exponente de ese estilo en las Islas Canarias (junto a This Drama o Daylight in Red), siempre bajo las coordenadas de un género poco dado a las salidas de tono de aire pop. Pero algo pasó en el seno del trío canario (ahora cuarteto) para que se les abriera un cielo que quizás ni ellos mismos tenían previsto: y es que han descubrieron su propio talento para concentrar sus energías en la melodía y, mucho más allá de ello, del sinfín de recursos que pone a su alcance la música pop cuando no se tienen prejuicios para asimilarla. Y, cuando hablamos de pop, nos referimos al pop rabiosamente contemporáneo que bebe del punk al igual que de los sintetizadores, e incluso del desasosiego acústico cuando la canción lo merece. Encontraremos mil referentes que no tendríamos porque relacionar entre sí a no ser que entendiéramos que estan unidos por un manto de veteranía, de falta de prejuicios y de inquietud musical fuera de cualquier complejo. Esa voz en castellano que los acerca a nuestros Nueva Vulcano, pero tambien esos ecos oscuros de The Cure, o la delicadeza punzante de Death Cab For Cutie, sin olvidar el punch emocore de sus incios, con reminiscencias de Sensefield, Chamberlain o Superchunk. Probablemente esta amalgama de géneros, mezclados con coherencia y ejecutados impecablemente sea propia de un grupo con la carrera de casi 15 añós de The Mistake, que tras dos excelentes discos como Opium (13 Grabaciones/La Felguera, 2001) y Polaroids (2005), les llevaron a plantearse el tercero, como un segundo punto de partida de su carrera, editando Anticongelante en BCore en 2007 y continuando su línea ascendente de calidad en su flamante 4 (BCore, 09).

15 años en las que, como es natural, las han visto de todos los colores, un sinfín de conciertos en un sinfín de festivales (Eastpack Rocking Fest, Croma OCA y Plátano Rock en Tenerife, 12 Millas en Gran Canaria o Lebrancho Rock en Fuerteventura), reconocimiento en formas diversas (ganadores de la II Edición de Jóvenes Artistas, concedido por el Gobierno de Canarias en 2000 y, tres años después, mejor grupo de rock de Tenerife (Concurso del Cabildo tinerfeño) con la consiguiente inclusión en el cartel de esa edición del festival Cabeza de Perro) y una trayectoria que, paso a paso y sin sobresaltos, les ha llevado a consagrarse en las Islas, posteriormente en la Península y, más recientemente, a abrir mercado en Europa con sus conciertos en Alemania y Holanda.