Skatalà (Quique Gallart) Parte I

Raíces

Mi primer contacto con el punk como ciudadano y no como persona implicada fue al escuchar los discos de los Pistols, pero he de reconocer que los grupos de esta primera hornada no me interesaron demasiado. Ni los Pistols, ni los Damned; lo que más escuchaba entonces y se podía enlazar con el punk eran los Ramones. Mi percepción de la música siempre ha ido ligada al punk más pop.
A mí me tocó vivir una mala época, que fueron los ‘70. Yo en el ‘76 tenía 17 ó 18 años y aquí todo lo que sonaba era el puto rock laietà. Yo venía más del jazz. Desde los 14 años me cogió fuerte con el jazz, supongo que en contraposición a mi hermano, que todo el día me estaba dando la tabarra con Pink Floyd, Genesis y King Crimson, bandas que nunca había soportado, aunque me tocó soportarlas. Más adelante, cuando acabó la primera etapa del punk y comenzó el post punk y la new wave (Blondie, Pretenders…), empezó a interesarme mucho más y descubrí bandas como Buzzcocks, Undertones o Chelsea, con un sonido más pop, que para mi representaban totalmente el punk pero que además visualmente se parecían mucho a mis amigos: al Boski, al Manel, al Marc, al Wonkers, que no eran los típicos punks de chupa de cuero, tachas, cresta y pintadas en las chupas. Esto coincidió con la entrada de la Oi! Music, que recuperaba el espíritu más rockanrolero del punk, con coros, algo de pub rock y cánticos de fútbol.

Abajo: 1982, Bar Fantástico. Damned, Puril, Herbert, Boliche, François y Quique (Archivo Quique)

Creo que aquí hemos sido muy generosos con el concepto de punk. Todos damos por sentado que La Banda Trapera del Río era un grupo punk y yo creo que no es así. O incluso en el primer festival punk que montó el Xavi Cots, si miras la lista de grupos y después los escuchas, el único grupo punk oficial y que aquí era rechazado era Ramoncín. Los demás los definiría como pre-punk o rock macarra. No era rock duro pero era un rock que seguía la tradición del pre-punk, como los New York Dolls o Stranglers, que también se metieron en el saco del punk sin serlo. Grupos tipo Peligro o Mortimer se parecían más a Status Quo o a Slade que a los Pistols.

Creo que aquí hemos sido muy generosos con el concepto de punk. Todos damos por sentado que La Banda Trapera del Río era un grupo punk y yo creo que no es así

La primera conciencia que tengo de haber estado en un concierto punk fue en el Lipstick de la calle Verdi, donde ahora están los cines. Actuó una banda llamada 1984 en la que tocaba el Manel Domènech, que también estaba con los Masturbadors Mongòlics. Era el año 79 y compartieron cartel con un grupo de rock andaluz, no recuerdo si era Medina Azahara o Guadalquivir. Se montó un pollo importante porque el batería del cabeza de cartel no quiso dejarles la batería a los 1984 y estos, cuando acabaron su actuación, empezarón a meterle ostias a la batería, que como te puedes imaginar llevaba cien toms y mil platos. Tanto por el tipo de música, que era más dura de lo que yo había escuchado hasta entonces, como por la actitud (y eso que yo no sé decir si aquellas personas eran punks conscientemente), creo que fue la primera banda de punk que vi en directo.

Quique poniendo cara de malo (Archivo Quique)

El segundo concierto punk que recuerdo (además fui solo porque aún no tenía una peña con la que moverme), fue en el Texas, lo que ahora es el Sidecar, y actuaban Siniestro Total. Recuerdo que ya hubo gente que se metió conmigo porque no iba vestido de punk y llevaba más una línea, por decir algo, a lo Wilko Johnson, de negro y con americana. Un tipo quiso pegarme porque creía que llevaba unas chapas de los Who, que no las llevaba, pero que no me hubiese importado porque a mí los Who me gustaban. A mí los punks en esa época nunca me dieron miedo. Supongo que no me los tomaba en serio porque su actitud era muy impostada y muy forzada. Finalmente vio que una de las chapas que llevaba era de B-52’s o algo así y entonces quiso invitarme a una cerveza, cosa que tampoco entendí.

Oi! Music

Tenía un amigo que era actor de teatro, nada que ver con el punk. Nos conocíamos desde muy jovencitos porque él veraneaba en Comarruga y yo en Calafell. Este tío tenía un primo de París que se llamaba François, más conocido por Roudoudou, que siempre estaba metido en movidas de música y que posiblemente fue el primer punk que vi en mi vida. Llevaba los pelos de punta, chupa de cuero, cinto de tachas, etc. Era el año 78-79 y por Calafell lo tenían por un bicho raro. Siempre nos traía discos. Viajaba continuamente a Londres. Nos trajo los primeros discos de UK Subs, Sham 69, Angelic Upstarts y Cockney Rejects. Yo flipé, porque por primera vez podía escuchar música punk que se podía cantar y con la que recordaba las canciones, que podía tararear. El tío me dijo: “¡Joder, no te enteras de nada! Aquí sois unos ignorantes! En el New Musical Express hay listas específicas de Oi! Music”. Yo creía que se estaba burlando de nosotros y entonces empezó a enseñarme fotos. Me di cuenta de que las letras de las canciones eran diferentes de “anarquía, vivisección y su puta madre”. Hablaban de fútbol, de birras, de sexo… Yo pensé: “¡Coño, esto es lo mío!”. En seguida me di cuenta de que me sentía identificado con ese movimiento, tanto que pensé que yo ya hacía tiempo que era un skin porque llevaba tiempo escuchando ese tipo de bandas y además su manera de vestir me encantaba. Poco a poco, gracias a él, empecé a hacerme con un pequeño ajuar. Pude customizar un poco mi imagen: primero con unas botas (Segarra, por supuesto), tirantes, y rapándome la cabeza con los consiguientes problemas familiares que eso me acarreó. Había encontrado mi identidad.

Me di cuenta de que las letras de las canciones [del Oi!] eran diferentes de “anarquía, vivisección y su puta madre”. Hablaban de fútbol, de birras, de sexo… Yo pensé: “¡Coño, esto es lo mío!”

Los de mi generación fuimos un poco tardíos, no fuimos como el Boliche y otra peña. Me refiero a que estábamos haciendo con 20 años lo que debíamos haber hecho con 16 ó 17. En esos momentos Decibelios ya existían, pero aún iban con barba y los pelos rizados. Todavía no se identificaban como una banda skinhead, ni siquiera punk. Era rock obrero, rock putrefacto.

1982, Bar Fantástico. Bolo, François, Jimmy, Manel, Fray, Quique y Damned

En octubre del ‘80 los Specials actuaron en la plaza de toros de Barcelona. Había unas 400 personas. Imagínate la arena por la mitad y las gradas completamente vacías. Recuerdo perfectamente que era el único tío con aspecto de skinhead que no estuviera encima del escenario, porque a parte de tres o cuatro de los Specials y sus roadies, todo lo demás era gente normal y algún punk suelto. A raíz de esto que estoy explicando mucha gente me considera el primer skinhead de Barcelona. Gente como el Boliche aún me lo dice cuando me saluda. No es que me llene de orgullo (me da lo mismo, creo que es un hecho circustancial), pero creo que es bastante plausible, porque si había algún otro no sé a qué tipo de eventos o bares iba.

En esas épocas yo estaba un poco cojo. Me movía entre los mods y los punks e intentaba que no se dieran de hostias, aquellas famosos hostias que nunca existieron. La gente habla de palizas y yo recuerdo solamente empujones. A los mods no los podías apalizar porque cuando levantabas la mano ya estaban a diez metros. Y tampoco hacía falta, porque les pedías la birra y te la daban. Era así de triste.

En octubre del ‘80 los Specials actuaron en la plaza de toros de Barcelona. Recuerdo perfectamente que era el único tío con aspecto de skinhead que no estuviera encima del escenario. A raíz de esto mucha gente me considera el primer skinhead de Barcelona

Lo del skin solitario es porque tampoco había 400 punks y 400 mods; éramos cuatro gatos. Yo me movía con la gente de Attak y estaban también los Frenopaticss. Por la parte mod, Papá Felipe, los Brighton y cuatro más. A raíz de unos amigos míos, amigos del Manel Domènech y el Miracle, conocimos al Fray. Fue en un bar que se llamaba El Trípode. Por aquel entonces el Fray tenía un coche, creo que era un 124, que llevaba el capó de delante con el logotipo del Never Mind the Bollocks de los Pistols y el maletero con una pintada del Teenage Warning de los Angelic Upstarts. Iba rapado y con unos tirantes y uno de mis colegas le comentó que conocía a un tío que también iba de ese palo. Quedaron en que un día nos encontraríamos todos. Semanas más tarde fuimos a su encuentro. Cuando llegamos y me señalaron quién era pensé: “¡Hostia!”. Estaba con gente bastante mayor, gente con barba, y llevaba unos tirantes no demasiado bonitos. No era lo que yo entendía como una estética skin. Llevaba una camiseta negra de manga larga, unos pantalones punkis negros de malla y como unas botas militares de color marrón por encima de los pantalones. Pensé: “Éste, si sabe de qué va la historia debe ser un skunk” o alguno de esos nombres que se utilizaban entonces. Me pareció más una estética cercana a la del Dimony, que era más cockney.

En esa época era muy normal ir a los bares y llevar varias cintas de casete para ir poniendo música, así que traje unas cuantas y empezaron a sonar cosas como Blitz, Last Resort, Red Alert, Cockney Rejects. Íbamos bastante bolingas, así que yo y mis colegas empezamos a corear los temas. De pronto el Fray se levantó, se dirigió hacia mí y empezó a hablarme en un inglés macarrónico. Yo le respondí en catalán. “¿Pero qué dices, tío? ¿Tú eres de aquí? ¿Eres skin? Por favor, ven a mi mesa”, me dijo. Me enseñó una libretita donde escribía las letras de las canciones de Decibelios y tenía como 20 ó 30 páginas donde había escrito la palabra Oi! Con diferentes formas y grafías. Me quedé un poco cohibido, porque el Fray debía tener 22 años o así y pensé: “A este tío le falta una tuerca…”. Además yo llevaba una bomber y me dijo: “Hay una cosa que no me cuadra. ¿Cómo puedes ir con esta chupa de pijo si la ideología skin proviene de la clase obrera?”.

A raíz de unos amigos míos, conocimos al Fray que tenía un coche, que llevaba el capó de delante con el logotipo del Never Mind the Bollocks de los Pistols y el maletero con una pintada del Teenage Warning de los Angelic Upstart

Nos pasamos los teléfonos para vernos otro día, pero no llegamos a llamarnos. A mí no me interesó demasiado, ya que las pintas de todos sus colegas eran muy heavies: pelos largos, barbas, bigotes… Pero meses más tarde me llamó para decirme que daban un concierto de Decibelios en la Cibeles con Ultratruita (creo que era en febrero del ’82), y que me pasara a verlos. Yo vivía bastante cerca de la Cibeles y aquella misma noche fui al concierto. Me quedé boquieabierto, me impresionaron. Decibelios montaban un espectáculo brutal: fuego en el escenario, petardos, extintores, vísceras de animales. Me quedé prendado de la energía que emanaban y a partir de aquel día me hice inseparable del Fray.

François y Quique (Archivo Quique)

 

El Fray era como una esponja, era una máquina de digerir información. Los discos se los llevaba de mi casa de 20 en 20 y se los aprendía de memoria. Se miraba todas las fotos y si no encontraba la ropa, se la hacía coser a su madre. Era muy absorbente. Entre los dos nos retroalimentábamos y durante un par de años fuimos los dos únicos skins que deambulamos por Barcelona por el Boggie, por el Patata, por el Fantástico… Incluso un fanzine que se llamaba Último Grito nos llegó hacer una entrevista titulada Skinheads en Barcelona.

El Fray era como una esponja, era una máquina de digerir información. Los discos se los llevaba de mi casa de 20 en 20 y se los aprendía de memoria. Se miraba todas las fotos y si no encontraba la ropa, se la hacía coser a su madre.

En el mismo entorno se movía gente que simpatizaba con el Oi! como los Frenopaticss. Al Xavi Shock y al Boliche les gustaba mogollón el Oi! En cambio el Ángel y el Cirera pasaban totalmente, incluso lo despreciaban. Creo que les parecía banal y poco comprometido. En Attak, a gente como el Dimony, el Manel o el Boski, también les gustaba. En cambio al Panko no le gustaba nada y el Marc pasaba de todo. También nos encontrábamos muchas veces al Quoque, que llevaba una pintada de los Cockney en la espalda de la chupa. Era curioso, porque yo siempre lo confundía con su hermano Boski.

1981, Bar Bugui. Quique, Billy, Dimony, Fray, Panko,Herbert, Martina y Wells. (2) François y Quique (Archivo Quique)

Esto creó un pseudoentorno Oi! al que se sumaron el Patrick y el Pet, un skin inglés y otro holandés que deambulaban por Barcelona. La primera vez que los vi iban borrachos paseando por Via Laietana. Me escondí en una tienda y cuando pasaron por delante les grité: “Oi!, Oi!, Oi!”. Los tíos empezaron a abrazarme y así empezamos a movernos por los mismos bares junto con otra gente como el Martins o el Vasco, un delincuente de Euskadi que pilló la estética pero que no estaba mucho por la labor. La incorporación del Patrick y el Pet fue súper importante, ya que ellos tenían mucha información de primera mano. Nos alimentaban con mucho mensaje porque ellos entendían las letras y el argot. Si te fijas en el segundo single de Decibelios, Paletas y bolingas, está dedicado a toda esta peña. A raíz del Caldo de Pollo, Decibelios se convirtieron en toda una referencia del movimiento Oi! a nivel nacional. Me acuerdo de que al principio al Fray no le gustaba el ska. Decía que era música disco, pero como ya he comentado era una esponja y asimilaba muy rápido las cosas, así que cuando vio que los primeros skinheads de los ‘60 escuchaban esa música la empezó a incorporar a su repertorio. Era una persona muy tolerante, muy entusiasta. Yo no he creído nunca que el Fray montara o transformara Decibelios en un grupo skinhead por cuestiones comerciales. Era muy difícil que las discográficas se interesaran por un grupo de esa ideología y estética, ya que los skinheads tenían cierta mala fama por los disturbios del ‘82 en South Hall, en Inglaterra, durante el gobierno de Thatcher.

Yo no he creído nunca que el Fray montara o transformara Decibelios en un grupo skinhead por cuestiones comerciales. Era muy difícil que las discográficas se interesaran por un grupo de esa ideología y estética

Yo era un tío muy parado. Simplemente escuchaba música, pero no me sentía motivado para participar en primera línea. En cambio tenía un montón de ideas. El entusiasmo del Fray te arrastraba. Tú le lanzabas ideas y él tiraba del carro. Era muy entusiasta. Yo no debía atravesar una buena época, era más tirando a un tío deprimido. Si me podía quedar apalancado en casa fumándome un peta, me quedaba. Si me venían a buscar, salía. El Fray era un tío que daba mucha vidilla y eso lo supo transmitir con su banda. Al adoptar la estética skinhead y la música, se convirtieron en el referente número uno del movimiento skinhead en España. Es alrededor de Decibelios donde se crean los primeros grupos significativos de skinheads, no sólo en Catalunya, sino en todo el Estado. Se me hace difícil creer que hubiera skins en Ciudad Real, por ejemplo, que no fueran seguidores de Decibelios. Además tuvieron la suerte de fichar por DRO y consiguieron cierto éxito. Tuvieron hasta cobertura televisiva, que era una cosa impensable para ese tipo de bandas.

 

Fotografía de portada: Pitu i Quique (Archivo Quique)

Extraído de Harto de todo: Historia oral del punk en la ciudad de Barcelona 1979-1987 de VV. AA. (BCore, 2011)


Al habla Quique Gallart, nacido en 1959, en el Barrio de Gràcia (Barcelona).

Herederos del bolinguismo de Shit S.A, Skatalà adaptaron elementos de la cultura skinhead británica a la cultura catalana. Ya podiamos hablar de fútbol y birras en las letras y dejar de ser políticamente correctos. Hicieron del ska su bandera influidos por el sonido de 2 Tone pero siempre con el retrovisor puesto en la música Oi! y el punk.