Punk y paternidad (V): Carlos Alonso, Miquel Àngel Landete, Marc Molina y Pep Toni

He aquí la última parte de nuestra serie sobre punk-rockers con hijos. Afortunadamente, se acabaron las confesiones de diván y la desmedida autorreferencialidad. Los protagonistas son otros.

Como ya explicaba en la primera parte, hemos publicando las entrevistas que hemos recibido de gente de un entorno underground y amateur, gente que ha conseguido seguir siendo otras muchas cosas aparte de padres: músicos, editores, o escritores. Personas que además también dan bibes, limpian cacas, chutan pelotas y juegan a Lego.

 Y esperando que este artículo sirva para que la gente tenga hijos o no los tenga, pero que al menos lo hagan con conocimiento de causa.

Aquí puedes leer la primera, la segunda, la tercera y la cuarta parte. 


Carlos Alonso, ex-cantante del grupo ODG, ex-editor del Fast’zine, ex-colaborador de Absolutzine y ex muchas otras cosas.

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¿Cuántos años tienes actualmente?

41.

¿Qué edad tenías cuando tuviste a tus hijos?

31 con Júlia, 33 con Martí, 34 con Clara.

¿En qué dirías que ha cambiado tu vida desde que eres padre?

Estoy menos ensimismado. También me preocupan menos las chorradas.

¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea totalmente equivocada de lo que iba a ser?

No había pensado mucho en tener hijos. No he pensado nunca mucho en el futuro.

¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? 

También tenía 30 años y cara de chaval. Era demasiado joven para ese tipo de presión de que “se te pasa el arroz”. Ésta es la percepción consciente que tengo, vete a saber si en aquellos días vi anuncios o escuché mensajes que me influyeron sin que yo lo advirtiese. Igual un anuncio de Nenuco me indujo a procrear. Qué sé yo.

¿Cómo ha afectado este hecho a tu relación con el mundo cultural y musical (como creador y como consumidor) desde que has tenido descendencia? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿Y a la cantidad de música que escuchas, el número de libros que lees y las películas que ves?  

Ha influido económicamente, ya no puedo comprar tantos discos como antes. Los niños se gastan el dinero de los discos en cereales. A mi producción creativa, no lo tengo claro. Creo que ya no escribo ni canto, porque no tengo demasiado más que añadir. Los libros que leía, durante 7 años fueron casi cero, pero ahora que la pequeña tiene 7 leo de nuevo y veo películas al mismo ritmo que antes.

¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?

No demasiado, siempre he tenido claro que a la gente no le interesan los hijos de los demás, por lo que nunca he dado la chapa al respecto. De hecho siempre me he alejado de conversaciones sobre hijos y niños. Me aburren horriblemente. No soporto los ambientes “de padres”.

¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música y la cultura?

Sí, absolutamente, cantan todo el día, leen mucho, y no me ha costado nada de esfuerzo. Puede que haya sido suerte, pero vaya, supongo que hay una probabilidad muy alta si tienes la casa llena de libros y la música siempre suena.

¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.

Hace muchos años que no hago planes de futuro. En relación a mis pasiones, sí que han cambiado un poco. Por ejemplo, he dejado de pensar políticamente muchas cosas, o mejor dicho: he dejado de predicar. He descubierto pedagogías más eficientes.

¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?

Supongo que la pregunta va en la línea de que los niños roban el tiempo y la energía con la que uno podría dedicarse a crear. Bueno, yo creo bastante en la negociación y en la ayuda mutua dentro de la relación madre-padre. Hay que hacer alguna renuncia. Cuando tienes hijos, tienes que dejar de hacerlo todo en pareja, si quieres seguir haciendo algunas cosas. Todo se puede hablar y negociar. Hay que crear espacio, para que ni tú ni tu pareja no seáis criadores full-time. Puede compaginarse. En mi caso, dejé de crear y escribir porque estaba hasta las pelotas, no tiene que ver con la paternidad. En el caso de gente creativa con perspectivas de paternidad monoparental, recomendaría fórmulas de “tribu” para disponer de tiempo.

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Miquel Àngel Landete, cantante, guitarra y compositor del grupo Sènior i el Cor Brutal.

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¿Cuántos años tienes actualmente?

45.

¿Qué edad tenías cuando tuviste a tus hijas?

Uy, muy mayor. 38 la primera (Ona) y 41 la segunda (Jara).

¿En qué dirías que ha cambiado tu vida desde que eres padre?

Buah, en un montón de cosas. Pero en lo que más, en la escala de valores. Las prioridades. Ahora ya no pierdo el tiempo preocupándome por cosas banales como comprar en eBay la edición original del primero de Buit To Spill o en conseguir una prueba de sonido decente. Tener hijos hace que, a nivel logístico, sea todo más complicado. Y es una transferencia de energía brutal. Pero, a nivel de prioridades, te vuelve la vida mucho más sencilla. “Ya no hago un drama por nada, la vida era mejor de como yo me la tomaba” que dice Kase-O. Pues eso.

¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea totalmente equivocada de lo que iba a ser?

Bueno, tuve un buen entrenamiento. Mi madre se quedó embarazada cuando yo era un adolescente, así que cuando me tocó a mi, todo lo de los primeros años ya lo había practicado con mi hermano: cambiar pañales, ir al pediatra, sacarlo a pasear y al parque, acunarlo… A nivel de procedimientos lo tenía controlado. A nivel emocional, por mucho que te cuenten, es personal e intransferible. Es jevi, muy jevi.

¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? 

No, nunca. Es más, con lo de mi hermano pequeño (tengo otra hermana tres años menor que yo) se me despertó la paternidad cosa mala. Vi que aquello molaba. Así que siempre he querido tener hijos. Desde los 16. Me ha costado, la verdad.

¿Cómo ha afectado este hecho a tu relación con el mundo cultural y musical (como creador y como consumidor) desde que has tenido descendencia? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿Y a la cantidad de música que escuchas, el número de libros que lees y las películas que ves?  

Ha afectado mucho. Y, en líneas generales, a mejor. Es obvio que ahora tengo menos tiempo para oír música o ir al cine -siempre he leído poco- pero el escaso tiempo que le dedico a estas cosas es mucho más intenso. Por ejemplo: raros son los días que me puedo poner un vinilo en casa y oírlo tranquilamente en el sofá, como cuando estaba solo. En su lugar, aprovecho para oír música mientras ando por la calle, en los viajes en coche y en bici (esto último es ilegal) y, sobre todo, limpiando la cocina por las noches, antes de acostarme. Mis Sennheiser HD25 son ya parte de mi ser. Escucho la música muy obsesivamente, sacando el jugo a cada compás, como si no hubiera mañana. Es cañero. Y, respecto a la producción creativa, ésta habla por si sola: como Senior, sin niñas, saqué un disco, el primero. Con Ona ya en el mundo saqué otro . Y con Ona y Jara ya con nosotros ya llevo tres. Y los que quedan… Se trata de hacer filigranas con el tiempo y el espacio. Y, sobre todo, tener una pareja QUE ES LA MEJOR DEL MUNDO. Sin la Bego no haría nada, no sería nada. Punk y Paternidad forma parte de un trinomio. Sin maternidad o (copaternidad) no se puede dar.

¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?

Sí, bastante. Hay un antes y un después. Para empezar, a tus amigos que no tienen hijos los ves menos. Socializas menos con ellos (bebes menos, te drogas menos…). Menos quiero decir menos a menudo. Porque cuando sales una noche… va tot per l’aire. En mi caso, me relaciono con los demás músicos que aún no son padres en mis conciertos, en los festivales. Tengo poco tiempo para ir tanto de conciertos como antes. Y es más de contarnos las vidas y batallas, pero luego llega un punto en la conversación que necesariamente divergimos. Es raro, pero está bien. Ahora lo noto mucho con El Cor Brutal, mi banda. Ahora son los tres padres como yo y estamos en el mismo nivel. Hemos pasado pantalla.

¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música y la cultura?

Sí, de muchas. No me imagino tomarse la paternidad de otra manera que no sea compartiendo pasión. Desde irme de conciertos con ellas hasta tocar juntos en casa. Pasando por ir a las tiendas de discos juntos, que se suban al escenario en alguna ocasión… También hago conciertos para niños, de vez en cuando. Con la mayor estamos empezando a escribir juntos alguna canción y cuando la menuda sea un poco más grande nos apuntaremos los cuatro a clase de música. Juntos. Molará. Aunque igual esto acaba siendo un coñazo para ellas y en la adolescencia les da por odiar cualquier manifestación musical. A saber.

¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.

Claro, claro. Antes no hacía planes más que para vacaciones. Así que imagínate… Los planes giran todos en torno a ellas. Ahora planifico conciertos en función de sus cumpleaños (nunca toco esos fines de semana) o de sus vacaciones (en navidad, pascua y agosto casi nunca tocamos). Y con los discos, igual. Buscar huecos entre que acabas de trabajar y antes de recogerlas para ir al estudio e ir avanzando trabajo. Y las filigranas para quedar para ensayar, ni te cuento… Ahora que en el grupo los cuatro somos padres, estamos fantaseando con irnos el año que viene una semana y grabar en el extranjero… ¡Imagínate! Pero en el momento que alguno se vuelva a embarazar o haya algún contratiempo con los nanos (toco madera) pues tocará reorganizarlo todo otra vez. Igual no podremos irnos, pero no pasa nada. Es muy tranquilizador hacer y deshacer en función de ellas. Mucho.

¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?

Total y absolutamente, porque es exactamente como me dijo mi amigo Johnny (Hickman, de Cracker) cuando le dije que estábamos embarazados y que no sabía si iba a poder con todo. Me miró muy serenamente y me dijo “Take it easy, you will rock even harder”. Y es verdad. Humildemente creo que escribo, canto y toco mejor desde que están ellas a mi alrededor. Son el motor.

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Marc Molina, ex-miembro de los grupos de hardcore All Ill y Cube.

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¿Cuántos años tienes actualmente?

37 años.

¿Qué edad tenías cuando tuviste a tu hija?

34 años.

¿En qué dirías que ha cambiado tu vida desde que eres padre?

No sé si es que soy demasiado pragmático o cerebral, pero cosas tan básicas y comunes como las de tener a alguien que depende de ti, o el cariño, aparecen simplemente por defecto, como si fuera un mecanismo de defensa. El cambio más importante quizás es que tus necesidades pasan a segundo plano, pero ahí reside una de las partes más creativas del ser padre o madre, el como consigues tiempo o medios para no solo no abandonarlas, sino poder resolverlas. Y me refiero a los aspectos más abstractos, como los que pueden estar ligados con el mundo cultural, no a si necesitas unas zapatillas nuevas o esta noche te apetece tomarte un Moscow Mule.

¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea totalmente equivocada de lo que iba a ser?

Pese a todo lo que te puedan explicar, si a nivel de salud y de economía todo es normal y sostenible, el tener hijos es una experiencia demasiado propia y demasiado nueva. No creo que nadie, hasta los que tengan una idea más preconcebida o se hayan leído toda la sección de Amazon de futuros padres, esté preparado. Quizás para lo que implica a nivel de recursos, logística o convencionalismos, pero a nivel emociona. No hay una pre-concepción posible.

¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? 

Ningún tipo de presión, tuvimos la suerte de que a los dos nos apeteció en el mismo momento vital.

¿Cómo ha afectado este hecho a tu relación con el mundo cultural y musical (como creador y como consumidor) desde que has tenido descendencia? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿Y a la cantidad de música que escuchas, el número de libros que lees y las películas que ves?  

En general no creo que haya afectado mucho, si hemos querido ver una película la hemos visto, si había que ir a un concierto hemos ido. Abuelos y abuelas, canguros… Al final, si los recursos lo permiten, acabas encontrando una manera de ir. En general es un tema más de recursos, capacidades y gestión de tiempo. También he de decir que si me he perdido “algo” por ser padre, el simple hecho de estar con ella lo ha compensado. Mi trabajo tiene momentos bastante estúpidos a nivel de horarios con lo que procuro pasar el mayor tiempo posible con ella, independientemente de lo que me obligue a sacrificar.

¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?

Por supuesto, supongo que la razón más evidente son los horarios. En cuanto tu retoño está inmerso en el sistema educativo, los horarios no suelen ser muy compatibles con la mayoría de actividades de ocio que ellos disfrutan. Te las acabas ingeniando para mantener el contacto, pero cuesta. En nuestro caso, en los días o momentos libres, casi siempre acabamos priorizando que nuestra hija juegue con alguno de sus amigos o amigas con lo que al final acabas compartiendo mucho tiempo con adultos que no saben quien son ni siquiera Fugazi, pero aprendes no solo a aceptarlo sino a comprenderlo.

¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música y la cultura?

¡Claro! En casa suele haber música en todo momento, y mayoritariamente son cosas de las que nos gustan a nosotros. Lo mismo con las películas. Dentro de la dictadura audiovisual de los youtubes de 4 horas hemos conseguido colar películas que ya forman parte de su rutina cultural. Supongo que el hecho literario es el más común para ellos, ya que los libros son parte de su día a día, pero no deja de ser sorprendente como el baile es una respuesta tan natural e instintiva para ellos cuando son pequeños.

¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.

Bueno, en lo más terrenal de los aspectos ha cambiado bastante. Te preocupas por cosas que antes ni considerabas y a veces piensas a muchos años vista, como si eso pudiera servir para algo. En lo referente a mis pasiones o a mi producción creativa, la verdad es que me ha servido como una motivación tremenda. He perdido urgencia, pero he ganado perseverancia y visión a largo plazo. En mi caso, la tendencia a “recuperar mi espacio” ha derivado en una mayor intención de hacer cosas que antes.

¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?

No lo sé. Supongo que por lo que he ido diciendo, para mi tener descendencia no ha sido ningún tipo de inconveniente en lo creativo, con lo que supongo que tengo que decir que sí, pero vamos también se lo recomendaría a los directores de sucursal bancaria e incluso a los policías.

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Pep Toni Ferrer, líder de los grupos Oliva Trencada y Lost Fills.

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¿Cuántos años tienes actualmente?

40 años y 3 estaciones.

¿Qué edad tenías cuando tuviste a tu hija?

38 años y 2 estaciones.

¿En qué dirías que ha cambiado tu vida desde que eres padre?

En cómo pasan las estaciones, ahora todo es más «Battles», como en el vídeo-clip ese del tío ese que intenta subir la escalera en el centro comercial. Quieres ir a un sitio pero no puedes llegar. Antes no sabía a dónde ir, ahora sí sé donde ir y sé que no voy a llegar.

¿Te imaginabas así lo de tener hijos o tenías una idea totalmente equivocada de lo que iba a ser?

En realidad, tenía las ideas de la otra gente, nunca me había hecho un planteamiento serio. Los otros decían: «uy, esto de tener hijos es un lastre, etc.», pero cuando me lo planteé por mí mismo, al cabo de 2 meses ya vino la noticia de la paternidad. Jolines, es lo único que hecho bien en mi vida. Tener un hijo es como ensayar 8 horas al día con Miles Davis (improvisación), otras 8 horas con Sepultura (eso de los gritos y discusiones), 5 horas con Beethoven (lo de la técnica i el feeling juntos), 2 horas con Pimpinela (la mujer, el amor), 30 hora con Dire Straits (esa media hora de mierda que tienes todos los días) y 30 hora de silencio (lo que necesitas: La Paz).

¿Notaste algún tipo de presión por parte de la sociedad para que tuvieras hijos o fue una decisión totalmente libre? 

Por parte de mi mujer, sí que tenía presión. Por parte de los demás, fue como cuando empezamos a fumar porros. En nuestra quinta, que todos hemos tenido hijos a partir de los 35 para arriba, llevábamos en el chip lo de no tener hijos. Era como un mandamiento silencioso, pero fue caer uno y caímos todos. Todos mis colegas han tenido hijos en un margen de 2 años.

¿Cómo ha afectado este hecho a tu relación con el mundo cultural y musical (como creador y como consumidor) desde que has tenido descendencia? ¿Ha afectado a tu producción creativa? ¿Y a la cantidad de música que escuchas, el número de libros que lees y las películas que ves?  

Ha afectado, sí y mucho. De hecho, creo que la máxima creación artística es tener un hijo. Ahora distingo entre los artistas que no son padres entre los que lo son. Los que no lo son suelen ser un poquito más egocéntricos. Su YO es como su descendencia en el espacio-tiempo, y por eso suelen ser los mejores artistas. En cambio, los que somos padres somos los mediocres. A mí, la mediocridad me encanta, me siento cómodo saber que la puedo cagar o hacerlo bien, es muy «Gato de Schrödinger». El hecho de tener una hija ha aumentado mi mediocridad, y me hace feliz. No miro películas, me las invento (soy un películero), sólo leo libros de ciencia ficción, unos 2-3 a la semana.

¿Has notado algún cambio al respecto de la relación que tienes con la gente que no tiene hijos, especialmente en el ambiente cultural en el que te mueves?

Sí, estoy dejando de ser su amigo. Me miran raro, ya no me consideran artista, porque voy cada día al estudio a las 9 de la mañana a tocar y a gravar durante 10 horas al día. Con que ya no tomo cervezas ni drogas con ellos, ya he dejado de ser un artista, y de paso, su amigo. En realidad, antes de ser padre tampoco me consideraban artista. Y lo bueno, es que tenían razón.

¿Compartes de alguna manera con tus retoños tu pasión hacia la música y la cultura?

A tope, titonga, a tope… Mi hija tiene mucho flow, mucho beat, mucho tempo, mucho motion y mucha passion. Le encanta cantar y bailar, nosotros (mi suegra y yo) esperamos a que sea la Beyoncé de Pere Garau. Tan sólo tiene dos años y ya ha grabado un disco. Cómo técnica me ayudó en el estudio a recoger cables y a mezclar (que casi, casi, es lo mismo), luego se sabe la primera cara del Merryweather Post Pavilion (de las 4 que tiene), la baila y la canta en modo experto, luego aporrea la batería, con el xilófono toca «Carros de Fuego» y ya sabe que es un porro.

¿Han variado tus planes de futuro desde que tienes hijos? Me refiero tanto a la vida en general como en relación a tus pasiones y a tu producción creativa.

Sí, han variado, todos los gilipollas que me rodeaban han desaparecido y ahora soy yo el que hace de gilipollas rodeado de gente maja. Me siento cómodo.

¿Recomendarías a la gente creativa que tuviera hijos/as? ¿Por qué?

No soy muy bueno dando consejos. Los gilipollas, cuando damos consejos, solemos ser más gilipollas. Entonces, el consejo que daría es que pasaran de los consejos de los demás. Que ellos mismos hagan una reflexión, y que tengan pelotas y corazón para tirar hacia delante. Al menos, recomendaría lo de follar, después depende del flow de cada pareja si quieren pasar a la siguiente pantalla. Ah, eso sí, el monstruo final está en la salida, no en la meta. No miréis hacia atrás.

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Fotografía de portada: Un padre alimenta a su hija directamente de la botella. (Getty Images / 1950)


Uri Amat (Barcelona, 1973)

ull_URILleva pisando estos campos del Señor desde hace más de 40 años. Su larga «militancia» en el underground empieza en su pre-adolescencia, cuando empieza a editar fanzines con su hermano mayor bajo los nombres más estrafalarios: Rowed Out!, Hangover y La Escuela Moderna son algunos de ellos. También ha estado implicado en otras publicaciones en las que, incomprensiblemente, le han dejado colaborar: la revista de tendencias AB, el fanzine Absolut de BCore y su posterior encarnación digital o el blog Gent Normal, entre otros. Nunca le han pagado ni un céntimo por ninguno de sus artículos o entrevistas. Pero como decimos en catalán: «ací caic, allà m’alço».

Actualmente se dedica, cuando sus retoños se lo permiten, a ir a trabajar en bicicleta, visitar bibliotecas y beber en bares de viejos. Éstas (bicis, bares y bibliotecas) son las tres «B» básicas de la ciudad utópica fourierista en la que ingenuamente cree vivir hoy en día, mientras a su alrededor todo se derrumba.