Power Burkas

De pronto aparece una nueva banda de chavales y todo lo que nos parecía sólido e inamovible se vuelve un montón de ruinas. Es esa capacidad para aprender todas las lecciones, hacerlas trizas y crear algo nuevo que solo se halla en la juventud. Suya es la chispa, suya es la rabia y la contundencia. Suyo es el punk. Con “Llarga vida al tarannà”, su primer largo, los jovencísimos Power Burkas se convierten instantáneamente es una de esas bandas. Nacidos el 2013, con un EP, una demo y un cassette editados en apenas dos años, entregan su primer largo, con quince temazos que va a dejar sin habla a mas de uno. Hijos predilectos de la escena de Vic, Power Burkas no tienen inconveniente en beber de todas las fuentes que puedan apagar su sed, desde Fugazi a The Velvet Underground, desde Minutemen a The Beatles, desde Sonics a Jawbox. Reivindicando también a las bandas locales con las que han crecido, como Els Surfing Sirles, Tröpical Ice Land o FP. Así consiguen aunar el garage, el punk 80’s, el power pop y el post-hardcore en un sonido libre de complejos y perfectamente compacto, sin corta-pegas ni imposturas. El disco arranca con urgencia en «Potser», dando fe de que no hay tiempo para medias tintas, y sigue con un himno del nivel de «Ja ens entenem». En dos canciones dejan claro que no estamos ante un álbum previsible. Sus cambios de ritmo inesperados rebosan naturalidad y el nervio contenido puede estallar en una supernova melódica en cualquier momento. Así pasa en «Ferralla», donde rompen un estribillo histérico con coros de levantar los puños. Aquí todo es potencia y celebración, como en el caso de la misma «Llarga vida al tarannà», o tensión y dinamita, como en la espitosa «20»; con una capacidad para tejer melodías vocales muy poco habitual en una banda guitarrera, que toca el cielo en la preciosa «El pop i la gallega», la bailable «La missió de l’home és ser Patró», o la emocionante «Aiguarràs». «Llarga vida al tarannà» ha sido grabado y mezclado a fuego lento por Joan Peiron, guitarrista y productor de FP, quien juntamente con la banda ha conseguido potenciar al máximo el sonido crudo y a la vez envolvente de Power Burkas, sacando el mayor partido a unas guitarras que en todo momento se saben todos los trucos, a una seccion rítmica tremendamente creativa, con algunas lineas de bajo memorables, y a una voz que se mueve con la misma seguridad en la partes intimistas que en el puro griterío. «Llarga vida al tarannà no es ninguna promesa, sino la demostración de que Power Burkas han rebasado las expectativas que habían generado.