Oh, rompehielos

The New Raemon

Ref: BC.270
Release date : 1 January, 2015
Format: CD, LP, K7, Digital

CD SOLD OUT

Recobró el aliento el mal tiempo/ Sobrevino el fin de ciclo, canta Ramón Rodríguez en Al margen, uno de los diez temas incluidos en Oh, rompehielos y que, como él mismo reconoce, marca el final de una época. Se refiere a la relatada no sólo en su primer álbum como The New Raemon, A propósito de Garfunkel (2008), sino también en L’Antarctica, el último largo de Madee, publicado en 2007. Y también habla del comienzo de algo nuevo, del saber soltar lastre para volver a empezar de cero, como un rompehielos que se abre camino reventando a su paso todo aquello que le impide llegar a su destino. No es extraño que, más allá de la clara oposición metafórica entre los dos títulos que acabamos de citar, Ramón se inspire en la mitología de la novela de aventuras a la hora de hablar sobre algo romántico o una relación… una aventura clásica de alguien perdido en el Ártico, que finalmente termina su travesía libre de carga en una playa, una cálida noche de San Juan y que incluye referencias al Yeti, la reina del Amazonas o una Quimera que bien podría ser la del oro que perseguía Charles Chaplin.

El quinto larga duración de The New Raemon llega tras dos álbumes de liberación como el autoexploratorio Libre asociación (2011) y, en especial, Tinieblas, por fin (2012), un trabajo bastante diferente en su carrera, con el que no sólo reconoce haberse quedado bastante a gusto vomitando su indignación con la situación social y política del momento, sino también por haber sido publicado en el sello Marxophone. Oh, rompehielos, como parte del comentado fin de ciclo, supone también su regreso a BCore, su discográfica de siempre, y con la que Ramón ha publicado diez discos si contamos sus diversos proyectos. Y en él, como en aquel A propósito de Garfunkel que parece seguir siendo el más distintivo entre sus seguidores, vuelve a asomarse al interior, al mundo de las relaciones interpersonales, aunque con mayor dureza y desencanto en la mirada. Hay retratos en positivo, es cierto: los advertidos en Reina del amazonas, Oh, rompehielos o Moneypenny, pero en general priman las imágenes violentas y la realidad amarga de Desencuentros o Los hechos, un tema nada complaciente con la mirada exterior y las habladurías.

Hay cortes con potencial para convertirse en nuevos hits emocionales entre su público (El Yeti, por ejemplo, tiene un claro carácter de canción antorcha, con ese Es mejor no volver a verse que uno se imagina ya tarareándose a voz en grito en sus conciertos), pero lo cierto es que no encontramos estribillos claros ni concesiones fáciles. Predominan los medios tiempos ariscos y una nueva pureza que Ramón ha intentado preservar autoproduciendo el álbum. Siempre intento que cada disco suene distinto, aunque sea muy sutilmente. Con ‘Oh, rompehielos’ quise hacerlo de forma más marcada, planteando el sonido de batería como algo más tribal, utilizando amplificadores baratos, grabando guitarras en la terraza o todas las voces en el comedor de mi casa, con el calefactor en marcha… la idea era conservar el ambiente de las maquetas, por eso decidí producir el disco yo mismo, cambiar de estudio y de ingeniero. El cincuenta por ciento del álbum ya estaba hecho antes de entrar en el estudio, las maquetas tenían algo de verdad que era importante conservar hasta el final. A tres de sus músicos habituales (Marc Prats al teclado, Pablo Garrido a la guitarra eléctrica y Marc Clos tocando una decena de instrumentos diferentes) se suman ahora Salvador D’Horta a la batería y Javi Vega (Maga, Sr. Chinarro) al bajo para terminar de dar forma a esta nueva aventura. Suerte con eso.

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