Formación

Èric Fuentes: voz y guitarra
Oriol Casanovas: guitarra
Guillem Hernández: bajo y voces
Pablo Salas: batería y percusiones

Grabado

Producido por Xavi Navarro en los estudios Locate 0 (Barcelona)

S/t

The Unfinished Sympathy

Referencia: BC.080
Fecha de lanzamiento : 20 abril, 2001
Formato: CD, LP, Digital

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Aún a sabiendas de que la escena nacional anda cada vez más bien nutrida en lo que a formaciones de orientación cercana al hardcore se refiere, difícil resulta evitar subrayar el nombre de The Unfinished Sympathy y situarles en una posición privilegiada. Porque The Unfinished Sympathy puede ser citado ya entre los discos más interesantes de un año aún por desplegar, esencialmente porque Eric Fuentes (guitarra y voz), Guillem Hernández (bajo), Oriol Casanovas (guitarra) y Pablo Salas (batería) sorprenden, surgiendo del anonimato, para dejar claro que el suyo es un principio arrollador.
Formados en Barcelona a finales de 1999, The Unfinished Sympathy dan forma a una propuesta que no por usar referencias apreciables pierde efectividad y rotundidad. Más bien al contrario. Sus primeros pasos les llevaron a telonear en nuestro país a artistas internacionales del calibre de Cobolt, Garrison, Valina y Midtown, hasta llegar a los Juno de Seattle. Y serán esas modestas actuaciones las que nos descubrirán a un cuarteto de ideas claras, de una elegancia sorprendente y de una energía controlada que saben desbocar en el momento exacto. Ahora bien, ¿qué nos encontraremos en The Unfinished Sympathy se preguntarán ustedes? Pues rock; rock abrumador, elegante, sencillo y complejo a la par, intenso, emotivo, discípulo de la herencia emo de los últimos años y deudor del indie rock estadounidense más audaz. Eso demuestra el impresionante inicio, sin descanso y sin pausas, que enlaza Euphoria Under Water, una intrigante pieza introductoria de guitarras certeras y baterías firmes, con la sentida Elderly Mermaid -un medio tiempo de dobles voces y emociones a flor de piel- y Emerge. Y eso ratifican piezas como Albatross (percusiones pregrabadas, coros dramáticos), la melódica A Brand New Friend (emo-pop que acude a un lugar común entre los últimos Jawbreaker y los primeros The Get Up Kids), la favorita Some Cool Reminder (pura emoción, cercana a los últimos Samiam) o la directa y rockera Cherry Coke entre muchas otras. Al frente, un vocalista capaz de pasar de la crudeza y el desgarro a la ternura pop; a sus espaldas, un trabajo de guitarras imaginativas, una base rítmica siempre en su lugar y, por encima, unas composiciones que, sin abandonar referentes tales como los primeros Jets To Brazil, Joshua, Sense Field, Samiam o los primeros Chamberlain, se sitúan indudablemente entre lo mejor que haya dado el emo, el indie rock o cómo diablos quieran llamarlo en nuestro territorio. (Joan S. Luna, Mondo Sonoro)

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