Limbo

Oso

Referencia: BC.330
Fecha de lanzamiento : 25 mayo, 2018
Formato: Digital

Entre 2012 y 2013, Rafa Rodríguez (guitarra, voz y ánima de Oso) perdió a su padre ytuvo a su primer hijo, y ambos nunca llegaron a conocerse. De ahí nace ‘Limbo’ (BCore,2018), fruto de la necesidad de crear un lugar —aunque solo fuera en forma de can-ciones— donde nieto y abuelo sí se hubieran conocido. Un disco donde el pasado semezcla con el futuro y el tiempo es denso y gelatinoso. Seguramente, este hecho tam-bién explica el largo vacío entre el primer LP de Oso, ‘Sealand’ (BCore, 2012), y el pre-sente álbum, que ve la luz seis años más tarde.El resultado son once canciones autobiográficas y viscerales, que ya no disimulan lasinfluencias más intensas y experimentales de la banda, añadidas a dos característicasfundamentales del proyecto: la melodía y la dinámica. Una mayor dosis de intensidady de experimentación que en parte se debe a nuevas incorporaciones: Óscar Altaba(Gambardella, Rebuig) a la batería, Eduard Pagès (Cálido Home) a las segundas gui-tarras y Dani Campos (Llumia, Andrea Mir) a los teclados y sintetizadores. La grabaciónse ha cerrado con la ya tradicional colaboración del saxofonista Ignasi Carrer y —comono podría ser de otra manera— con la base inamovible desde los inicios: RafaRodríguez (guitarras eléctricas y acústicas, banjo y voz principal) y Víctor Teller (bajo yefectos), este último también responsable de la producción artística.Siguiendo el camino de ‘Sealand’, en ‘Limbo’ también encontramos melodías deli-cadas, arreglos sofisticados y épica elegante, piezas fundamentales de Oso que ahorasuman en emotividad y amplitud de miras en cada canción. Así, si bien el anteriordisco estaba muy marcado por la americana y el folk contemporáneos (Fleet Foxes,The Decemberists, Iron and Wine, Wilco), ahora las canciones no son tan fáciles deencasillar y deslizan libremente dentro de un amplio espectro pop que también puedeacercarnos a bandas como Band of Horses, The National o Grizzly Bear.Encontraremos la cercanía y calidez de Sufjan Stevens, la experimentación y pulso deTortoise, y la harmonía y épica puestas al servicio de la canción de Bon Iver. Y, a la vez,nos meteremos en un viaje entre dos tiempos, entre dos posibles estados anímicos,entre dos maneras de expresar con música: los golpes o las caricias.