Penny Cocks

Penny Cocks han crecido como los renglones torcidos del señor. Han ido de los veintipocos a los veintimuchos, reemplazando algún miembro por el camino, pero continúan siendo los mismos diablillos agitanados que nos atraparon des del principio con su EP Burning Down My Youth (2010) que les abrió las puertas de BCore y de las discográficas internacionales Contra o ahora, Longshot. Después llegó su debut de largo Do It Cock (2012) y ese otro EP Devils, Kids & Gypsies (2013) que, al fin y al cabo, resume la esencia de lo que siempre han sido: una banda tan elegante como incorregible que, con garbo y morro, ha sabido ubicar el punk en cualquier década que se les antoje. Lo había en el 77 sí, pero Penny Cocks también han sabido encontrarlo en esas formaciones de R’n’B que sonaban en los bares de carretera durante los 50s.

Su nuevo álbum ‘Fake Gold and Broken Teeth’ (BCore / Contra / Longshot, 2016) es su particular Punk And Disorderly, una colección de clásicos del punk de antes y después de la eclosión del 77. La banda  han sabido combinar el demonio, el punk-rock y, ahora, suman un exuberante refinamiento en las letras, donde, a parte del habitual desenfreno, hay también consciencia de la nueva clase baja y la intransigente exigencia de una oportunidad.