Eh!

Elías Egido se ha dado a conocer en el mundo musical por ser durante muchos años una pieza clave en la historia y música de los célebres Standstill. Su militancia con la banda, desde finales de los 90 hasta 2005, le proporcionó gran parte de su bagaje musical, a la vez que su amor por la música experimental, el jazz y la electrónica fueron una aportación fundamental en el discurso de Standstill. Pasado un tiempo, Elías puso orden a sus ideas musicales para ensamblarlas en un resultado brillante: 36 de 48 (BCore, 2009). Su primer disco bajo el nombre de Eh! fue una demostración de talento, creatividad y buen gusto, en forma de 10 canciones instrumentales con sabor a score, como podrían haber compuesto Lalo Schifrin, Ennio Morricone, John Barry o Henry Mancini. Aunque la modernidad y la experimentación imperasen (desde John Zorn a Tortoise) es la atmósfera envolvente lo que hace de la música de Eh! una gratificante experiencia sonora, comprometida y bella a partes iguales. Además, el poso hardcore de Elías adquirido en su etapa con los extremos E-150 le da un toque característico y único a sus partituras. Algo así como filmcore. En aquel primer trabajo, que giraba alrededor de las inquietudes de Elías Egido, la aportación de sus colaboradores fue, sin duda, igual de determinante y valiosa: los grooves de Daniel Arrizabalaga (Same Old y The Brontës), el theremin y los efectos sonoros con la sierra y la calimba de Javier Díaz-Ena (alma mater de Dead Capo y colaborador habitual de Aaron Thomas y Ainara Legardon), las guitarras potentes y brutales de Rubén Martínez (Maika Makovski, Ainara Legardon) o los teclados descaradamente jazzies de Naiel Ibarrola (Le Traste). Elías, por su parte, marcó la pauta con programaciones densas y ricas en matices, líneas de bajo más imaginativas y atrevidas que nunca y un primer acercamiento al contrabajo también exquisito. 36 de 48 fue, en resumidas cuentas, un excelente y sugerente debut que devolvía a la actualidad uno de los músicos más influyentes de la escena underground barcelonesa.

Dos años después, llegó La Fase Del Sueño Intratable (BCore, 2011), un segundo disco donde la formación -mutante como tiene que ser en un proyecto inquieto como este- hizo que Eh! evolucionara de un proyecto personal a una propuesta colectiva: de trabajo colectivo, de composición colectiva, de inquietudes colectivas, de experimentaciones colectivas… En los dos años que separan un trabajo de otro, Elías se rodea de un all star del panorama alternativo nacional que arrastra la música de Eh! a nuevas direcciones sin perder nunca el norte: filmcore, cool punk, score rock, ¡llámalo cómo quieras! Repiten Daniel Arrizabalaga, Ruben Martínez y Naiel Ibarrola , y aterrizan las guitarras contundentes y directas de Txus Villalabeitia (Same Old, Libe), los saxos de otra galaxia de Ramon Marc Bataller (Same Old y ex Tokyo Sex Destruction y Delafé & Las Flores Azules), y las cuerdas imaginativas y gigantes de Manuel Moreno a la viola (Autum Comets y Litoral) y Pablo Moreno al cello (Incendios). Así, La Fase del Sueño Intratable acaba siendo un nuevo ejercicio de creatividad a la máxima potencia y de exploración de todo tipo de registros sonoros y estilísticos: un trabajo potente y rico en el que cada tema es un sueño que nos lleva a atmósferas increíbles. Y por si no fuera poco con las aportaciones de una banda bien ensamblada, engrasada y lista para dar lo mejor de cada músico, las colaboraciones de Agus Alonso (Matiné), Pablo Peña (Pony Bravo) y Antonio Pérez ‘Toto’ (Hand of Fátima) redondearon un disco en el que es una delicia perderse a uno mismo escucha tras escucha. Seguramente, acabarás despertando en un mundo nuevo donde Eh! lo colorea todo.